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CAPITULO VI EL OCASO DE UNA ETAPA GLORIOSA A finales del siglo XVIII la Provincia Capuchina de Aragón estaba en su esplendor. Según las estadísticas del año 1782 los capuchinos aragoneses tenían 19 conventos y un total de 479 religiosos, de los cuales eran sacerdotes 61, predicadores 275, clérigos 38 y hermanos 105. La riqueza de todo este personal se hacía patente en el culto, en la predicación popular, en obras sociales y actividades misioneras fuera de España. No obstante, dos acontecimientos importantes ocurridos en los primeros años del siglo XIX terminaron con esta etapa gloriosa: La Guerra de la Independencia y la Ley de Desamortización de Mendizábal. 1. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA. Aragón sufrió en pocos años diversas guerras que naturalmente, también perjudicaron a los conventos capuchinos. En el siglo XVIII, iniciada la Guerra de Sucesión, los aragoneses siguieron la causa del archiduque de Austria, lo que les acarreó no pocos sinsabores. Entre otros, el convento capuchino de Ejea de los Caballeros fue incendiado por los partidarios de Felipe V en enero de 1707, quedando los religiosos presos; y en el mismo año, también fueron desterrados los capuchinos del convento de Albalate. A nivel social, con la derrota en esta guerra , Aragón recibió el 29 de junio de 1707 un Decreto en el que se dictaba que por derecho de conquista, se abolían los fueros y libertades de que gozaba antes de Felipe V. En la actualidad algunos partidos aragonesistas han presentado una proposición para instar al Gobierno español la supresión de este decreto
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