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72 PRESENCIA ANTIGUA (1598-1835) El aspirante pasaba algún tiempo en el convento, vestido de seglar, asistiendo a actos, con los novicios, hasta la vestición del hábito. Desde el momento de su ingreso el joven quedaba bajo la depen– dencia y enseñanza del Maestro de Novicios, al que correspondía formarlo y animarlo en su vocación. Tenía diariamente con los novi– cios una plática espiritual a fin de instruirles en la fe en Jesucristo, la Regla y vida de San Francisco de Asís y las notas esenciales del carisma capuchino, expresado en las Constituciones de esta Orden. Pero más que instrucciones teóricas, lo importante del año del noviciado era que el joven diera un paso decisivo en su vida, dejando el mundo para entregarse a una vida de santidad. Resultaba un año duro en que se le exigía al joven aspirante muchas horas de oración, una vida pobre y austera, con abundantes ejercicios de mortificación corporal y dominio interior de sus pasiones desordenadas. Uno de los más célebres Maestros de Novicios fue el P. Pedro de Aliaga. Nacido en el pueblo de Aliaga, provincia de Teruel, a princi– pios del siglo XVII, ingresó en la Orden capuchina de h Provincia de Aragón. Ocupó el cargo de Maestro de Novicios en el convento de Tarazona en 1684; y poco después, pasó a desempeñar el mismo cargo al convento de Palma de Mallorca, que también pertenecía a esta Provincia Capuchina. Este ilustre capuchino turolense resumió toda su doctrina sobre la perfecci6n cristiana en un precioso libro titulado: "Modo de bien obrar". Puede ser muy útil a personas de todos los estados. En él se trata del modo de dirigir todas las :lbras a Dios y hacerlas con perfección. Editado en Zaragoza en 1684, tuvo bastantes ediciones en años posteriores y se convirtió en un lib:-o preferido en los noviciados capuchinos de España. El contenido fundamental de este libro lo podemos resumir en pocas palabras: La perfección consiste no en hacer muchas obras, sino en hacerlas bien. Lo importante es "obrar lo que Dios quiere y como Dios quiere". El autor insiste en esa disposición de buscar la voluntad de Dios en cada momento y estar pronto a realizarla. El principio general que hay que tener siempre presente es éste: "Obrar en amor, por amor, con amor, con unión y con deseos". oo) A través de los 28 capítulos de este pequeño libro, el P. Pedro de Aliaga va enseñando con orientaciones precisas y concretas cómo el novicio ha de realizar las obras con perfección, indicándole con consejos prácticos cómo rezar el Oficio Divino, hacer la meditación, (!O) PEDRO DE ALIAGA, «Modo de bien obrar» ...edición con notas de·. P. Juan de Guernica, editado en Pamplona, 1932, pág. 13-22.
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