BCCCAP00000000000000000001343

102 PRESENCIA ANTIGUA (1598-1835) bibliotecas, etc., su actuación fue muy deficiente, poco iicieron. Edifi– cios de gran valor abandonados, muchas obras de arte desaparecidas y archivos que guardaban la cultura de siglos, es sin duda d balance más triste de este período. d) Los objetos de culto. El decreto del 29 de julio de 1837 en su art. 23 establecía que los Obispos del lugar, previa aprobación del Gobierno, « ••. podrían disponer en favor de las parroquias pobres de :;us diócesis de los vasos sagrados, ornamentos y demás objetos pertenecientes al culto». Normalmente era el párroco el que se hacía cargo de t:Jdo esto, depo– sitándolo en la parroquia. 3. DESTINO DE LOS CONVENTOS CAPUCHINOS DE ZARAGOZA. El convento de los capuchinos de Zaragoza, dedicado a San Juan Bautista, ya hemos dicho que estaba situado en lo que hoy es Avda. Hernán Cortés, núms. 33-37, o sea, cerca de la fanosa e inmortal Puerta del Carmen. A raíz de la Desamortización, el destno más impor– tante que tuvo fue el ser cuartel de Infantería, llamado hasta hace unos años cuartel de Hernán Cortés. Al quedar abandonado dicho cuartel, la Diputación General de Aragón vio la necesidad de construir una gran Biblioteca de Aragón. con una inver, sión de 700 millones de pesetas. Fue el año 1989 cuando las obras quedaron terminadas, ocupando una parte del terreno del antiguo convento capu– chino, cuya fachada daba a la calle Doctor Cerrada, núrr.. 22. Esta hermosa Biblioteca de Aragón ocupa un esplénc.ido edificio de siete plantas con capacidad para 500.000 libros. Cuenta con un amplio servicio de hemeroteca, fonoteca, videoteca, teletex:o, servicio de reprografía, sala de lecturas para niños y adultos, biblioteca infantil, sala de usos múltiples y salón de actos. Es sin duda un gran servicio a la cultura del pueblo. El resto del solar del convento capuchino ha estado varios años medio abandonado hasta que el año 1995 se comenzó la cons:rucción de un complejo de viviendas, adornadas con porches, plaza, jardín y gran parking, figurando en el callejero de la ciudad con el nombre de "Plaza de M. Arregui Canela" (cantador de jota, Riela 1937). En la planta baja de estos bloques de viviendas, en d núm. 37, ha colocado su sede "El Periódico de Aragón", ocupando una extensión de 1.300 metros cuadrados. Su publicación diaria es una valiosa apor– tación a la cultura aragonesa. No queda nada de lo que fue un gran convento de capuchinos durante dos siglos y medio. Ni siquiera un simple recuerdo.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz