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116 CONVENTO DE fJEA DE LOS CABALLEROS • Abandono del convento Sin embargo, cuando ya se despejaba el horizonte, una nueva contrariedad se presentó para los Capuchinos de Ejea. A mediados de septiembre de 1822, por no tener el número de 12 sacerdotes exigido por el Gobierno constitucional, los Capuchinos tuvieron que abandonar el convento, aunque en esta segunda extin– ción el edificio no padeció cosa mayor.< 2 ' 1 El 19 de mayo de 1823 volvió la Comunidad a Ejea, tomando posesión del convento en la fiesta de la Santísima Trinidad 1241 • El día 4 de mayo de 1824 se dio principio a la reedificación de la iglesia que había quedado completamente destruida en la guerra de la Independencia. Yel 31 de agosto de 1825 se celebró la solemne bendición de la misma, presidida por el Sr. D. Bernardo Francés, Arzobispo de Zaragozar 251 • • La epidemia del cólera Una nueva contrariedad vino a sumarse a las anteriores. El 14 de septiembre de 1834 se presentó violentamente en la villa de Ejea la epidemia del cólera, y en poco tiempo murieron 83 personas. Por este motivo, el 18 de septiembre de 1834 los Capuchinos tuvieron que dejar el convento para convertirlo en hospital. Fueron unos días en que estos religiosos, austeros y penitentes, llenos del espíritu de Francisco de Asís, manifestaron heroicamente su caridad atendiendo a los apestados de Ejea. Pocos días permanecieron ausentes del convento; ya que el 16 de octubre de 1834 regresaban de nuevo al mismoi 261 • 4. Ley de Desamortización y futuro del convento Un nuevo suceso triste y lamentable puso fin a la vida y actividades de este convento capuchino. El último cronista de la «Lumen Domus», P. Agustín de Caspe, Guardián del convento, termina así la obra: «El día 28 de enero de 1836, a las 4,30 de la tarde, se dejó el convento y se entregaron las llaves al Sr. Teniente que lo era Antonio Callizo, y los religiosos se fueron a sus casas» 1271 • La Ley de Desamortización ponía fin a este convento de Ejea. • Destino del convento abandonado El convento permaneció varios años cerrado hasta que el 28 de agosto de 1842, la Junta de Rentas de·Bienes Nacionales se lo cedió gratuitamente 23. «Lumen Domus», Págs. 95-97. 24. «Lumen Domus», Pág. 97. 25. «Lumen Domus», Págs. 98-99. 26. «Lumen Domus», Pág. 101. 27. «Lumen Domus», Pág. 101.

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