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LOS CONVENTOS CAPUCHINOS DE ARAGÓN 107 cumplimiento pascual, los cuales bajaban todos, hombres y mujeres a confesarse en la iglesia del convento, excepto los enfermos y algunos pocos impedidos»Y 1 Como consecuencia de esta vida tan ejemplar de los capuchinos, entregados al servicio de todos, y en especial a los pobres y enfermos, fueron brotando nue– vas vocaciones para la Orden. La villa de Aranda de Moncayo dio a la Orden Capuchina 9 religiosos. 6. Procesiones y rogativas «Toda la comunidad en globo asistía a las procesiones que se hacían los días de la titular de esta iglesia parroquial, del patrono y del Corpus Christi, yendo en ésta, dos coristas estudiantes, los que se vestían en la sacristía con dalmáticas, incensando al Santísimo contenido en la Custodia, que el cura llevaba en sus manos por la carretera; y en esto, no hacían más que cumplir con la ley que se observaba constantemente en todos los pueblos en cuyo radio había conventos fundados, ora de esta religión capuchina, ora de cualquier otra. «No solo esto, sino que cuando se le invitaba al P. Guardián por medio de un oficio para que se sirviese disponer el que toda la comunidad concurriera a algu– na rogativa pública y general que tenía que hacerse por el pueblo, para que el Señor nos libertase de alguna calamidad apremiante, accedía a ello sin repug– nancia la más mínima, concurriendo todos los religiosos con la mayor puntuali– dad, a la hora prefijada. Lo mismo sucedía, cuando el pueblo por haberse visto libre de una epidemia o haber cesado ya, de común acuerdo se disponía el can– tar a hora determinada un solemne Te Deum.rsJ 7. Discordias entre la comunidad religiosa y el clero «A su erección en nombre de su provincia, hicieron los religiosos concordato para observar los honores y preeminencias al capítulo eclesiástico de esta parro– quia en los concursos de ambas corporaciones, respetando los decretos, ritos y derechos parroquiales como los tenían antes de la fundación del convento. Esto no obstante, repetidas veces se promovieron discordias entre ambas comunida– des por las distintas genialidades de los Guardianes. "Empero fueron tantas y de tal naturaleza las que ocurrieron desde el año 1706 al 1714, que el capitulo eclesiástico resolvió, no ya sufrirlas con disimulo, sino elevar sus razones ante el M. l. Sr. Vicario General del Arzobispado, quien en Z Ramón Lastiesas, o.e. Pág. 43-44. 8. Ramón Lastiesas, o.e. Pág. 45.
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