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soy del cielo. La montaña es mi madre, y La Ribera. Nací de la nieve y de las nubes. Me llamo Arga. Anciano: Argal querrás decir. Arga: No; sin ele. Arga Navarro Alduides. Anciano: ¡Ah! ¿ Y sabes leer? Arga: Yo escribí la historia de este libro, primero sobre el agua, y bien sabe su reverencia que, quien escribe, lee. ¿Sabía usted que puede escribirse sin tinta y sinpapel, y leerse luego, más que con los ojos, con el corazón, y estar ahí adentro, sin estar, (se refiere al convento) y ser fraile capuchino sin vestir sus hábitos? Pues sí. Anciano: Me confundes, rapaz, pero $igue que, aunque casi ya no veo, presiento que dices un puñado de verdades. Casi cuarenta años viví yo ahí fuera, sin hábito, llevándolo en el corazón. Arga: Yo soy como un cordón blanco en torno a la cintura de este viejo convento capuchino. Y más: yo besé los pies desnudos del padre San Francisco de Asís, cuando quiso apaciguar los burgos de la vieja !ruña.