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-252- gos de jesús, de la verdad y del bien: ¿quién perdería?.• Toda la gracia está en conservar los ojos abiertos y el alma limpia para ver cada día más claro Jo que han visto los niños y los grandes sabios, sin necesidad de que a ca– da uno se arregle un escenario de maravillas para su uso personal, y se le reserve el derecho estúpido de pedir otras nuevas cada día, como el ciego voluntario que, al medio día, pide que enciendan las luces,. o el ciego de veras que llora porque no encienden las luces y riñe con todos porque se tropieza con ellos rechazando la mano que lo quiere guiar. Hemos de ser siempre leales a Jesús: jamás hemos de dudar de su palabra: nos hemos de con– formar con las pruebas que nos da y le hemos de bende– cir por haberse dignado hablarnos y enseñarnos el cami– no del cielo.