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-239- del indigno se hace fiesta, en el libro de cuentas de Dios se anota una raya negra que dice: «Fulanito no puede .· ahora entrar en cielo: si se muere, pasará del comulgatorio a:l abismo del infierno». No podía suceder otra cosa: aquel niflo se preocupó mucho de adornar su cuerpo y dejó su alma desnuda y manchada; Jesús la vé y siente su co– rrupcíón: si no pide perdón del sacrilegio, si se lo calla como el convidado mal vestido, no tiene remedio. Otras veces los niños hacen muy bien preparado(\ su Primera Comunión; Jesús contentísimo se ha despúsado con ellos, se han jurado amor eterno; el niño, la nifla han renovad<i lás promesas.del bautismo renuuciando al mundo y al de• monio y a la carne. Pero' ese nifio ha llegado a los 17 aflos; esa nifla cumple los 20 afíos y... se divorcian de Jesús, y lo repudian, les son infieles; se juntan con sus enemigos, hacen amistades con el mundo, y arreglan sus cuentos con el diablo, y · se entregan a los vicios de la il!)pureza; se averguenzan de ser cristianos; no van a misa; las chicas pierden el pudor, van por la calle como quien anda por el campo cazando pájaros con trampa y con cebo de desnudeces indecentes: pero todavía preten· den que les tengamos por cristianos, todavía se figuran que engañan a Dios como a la gente; y se equivocan las· timosamente; a Dios no le engañan: y mientras sus com– pafleros de escuela y de Primera Comunión continúan comulgando y afirmando más y más sus amistades con Jesús, y van llegando al término de su vida, y en las puertas de la eternidad reciben el último y definitivo abra– zo de aquel Rey tan bueno que los convidó, los ingratos, los que perdieron el vestido nupcial o Jo emporc&ron con mil maldades, se van presentando ante Dios y oyendo · esta tremenda palabra: «no os conozco»: fuera de aquí: ¿cómo os presentáis en mi casa sin el vestido de boda?.. Y mientras los nií1os fieles entran cantando alabanzas en
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