BCCCAP00000000000000000001106
-221- de la segunda venida del Hijo del Hombre a la tierra al fin de los tiempos. La floración admirable del dogma católico recibe toda su fecundidad de la Escritura y de Ja Tradición; cuando algún falso miraje ele la inquieta razón tiende a deformar la verdad revelada e implícita– mente creída por ta Iglesia, se produce la definición dogmática que precisa los contornos de dicha verdad y derra el camino a los devaneos de la humana razón; así se produjo la definición del dogma de infalibilidad de 1 Papa, y del dogma de la Inmaculada Concepción de María en el momento preciso en que la locura de la inte– iigencia humana caía en ta anarquía mental: y cuando el naturalismo comenzaba a negar rotundamente todos los dogmas afectos a 1a moral proclamando.al hombre bue– no: la afirmación de la única criatura privilegiada, exen– ta de la contaminación de la culpa original, reafirmó el dogma de la caída del género humano y el de la nece– saria Redención, clave de toda la historia del mundo moral. Con lo cual está asegurada a un tiempo la inva- .ria.bilidad de la verdad, y la floración progresiva de sus manifestaciones. Jesús pues, penetró, y a la vista nues– tra está patente, los pensamientos de los hombres de todos los tiempos. Jesús además, ha regenerado con su ,gracia las conciencias perdonando los pecados; legiones de hombres cargados con el fardo de grandes iniquida– des han desfilado ante el tribunal de sus perdones, han obtenido misericordia, han, oído la palabra de amor: «hijo, tus pecados te son perdonados», y han tomado su lecho de mullidas pasiones sobre las que yacía su alma muerta, y han emprendido la marcha regeneradora de la penitencia a veces heroica, que los ha purificado
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz