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-209- Fuerte, Dios, Niflo poderoso, cuyo origen humano des– cribe el último de los profetas Miqueas, fijando su cuna en Belén, y su origen divino confesándolo preexistente en la eternidad; era el momento fijado por las profecías y las esperanzas de Israel: Juan Bautista lo sefíala con el dedo, la naturaleza toda obedece sus órdenes, la muerte cede su imperio, la Verdad y la Sabiduría manan de sus labios y sus obras dan testimonio de quien es; pero el orgullo farisaico se resiste, su ceguera es irre– mediable: han falseado la fuente de la revelación: para ellos el Cristo no puede, no debe ser sino un hijo de David; un hombre. Es la enfermedad de raza que sufre el pueblo judío hace ya veinte siglos, enfermedad con– tagiosa comunicada a los herejes, a tos racionalistas, a los falsos católicos, dispuestos a todo menos a recono– cer en Jesús, en et Hijo de la Virgen, al Hijo de Dios nacido. en Belén, muerto en Jerusalén, resucitado al tercer día, triunfante en los cielos, realmente presente ,en la tierra en la Eucaristía, alma de la Iglesia, su Obra divina, continuadora desu propia vida entre los hombres, por la verdad, por la santidad, por la humildad, por su. existencia misma a través de las edades: Jesús es toda– vía desconocido, desfigurado,deformado por cuantos tie– nen interés en que no sea Dios. Que sea más sabio que fos hombres; que sea el más santo de los mortales; que haya sido el predilecto d~ la Divinidad; que haya ense– f!ado y amado a los hijos de Adán como nadie lo ha hecho-, es admisible, lo proclaman protestantes, racio– nalistas, malos católicos, todos aquellos que se tendrí– an por injuriados, quedándose al margen de la historia de tantos centenares de aflos, y de espaldas a lo más 14