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-203- de la escuela pasa a ocupar el primero; vedlo qtie ufano va subiendo de puesto en puesto, } cómo sus compafle– ros le aplauden cuando el no lo pretendía. Pues ésta es la sabiduría y la prudencia que Jesús ;quiere ver en vosotros, la modestia: saber estudiar y ser buenos y esperar el momento en que la justicia os premie sin pretender vosotros el puntillo del honor por sí mismo. Lo mismo sucede en otras cosas de niflos; a lo mejor ,se ven en la calle o en los patios de recreo de los cole– gios o en el atrio de la iglesia y en la misma casa paterna algunos niflos bravucones: algunas niñas pretenciosas que lo saben todo o lo pueden todo; cuidado con que nadie chis. te delante de ellos o de elllas: si no mandan-en el corro, o ellos no llevan siempre las de ganar nadie está seguro, gritan, alborotan, lloran y enturbian la sana alegría de sus compañeros. Como queréis que esos nifíos sean ama– dos de Jesucristo? Al contrario, El dice que aun las per– sonas mayores tienen que conservar la sencillez de los chicos, y su modestia, y su inocencia si han de entrar en el cielo; pues qué será de los niflos en la edad y viejos en las mafias que todo lo revuelven y de todo tienen en– vidia, y en vez de ser ángeles de paz, son diablos que mueven guerra por sus caprichos y vanidades?.. Llegará infaliblemente el día en que Jesús pondrá a cada uno en su lugar; así como el maestro entra en la escuela y exa– mina a los alumnos y da a cada uno la nota según lo que sabe y no según las ganas que el chico tenga de lucirse; y, si es tonto, lo coloca con los de su clase, y si ha estu– diado y sabe, lo sube de lugar hasta el que le correspon– de, así sucederá delante de Dios: El conoce bien quien es cada cual, aunque estén en este mundo muy empinados y parezcamos muy altos por el pedestal que hemos puesto bajo nuestros pies, gracias al cual sacamos airosamente la cabeza del vulgo; el exaínen del Juicio nos pondrá en

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