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-186- ciencia llamada médica por antífrasis. ¿Qué queda del concepto de madre que todos llevamos guardado en los replieges más íntimos de nuestra alma como el recuerdo de besos aromatizados por la pureza y el sacrificio? ¡ ¡Baldón para un mundo retrógado que no sabe buscar en el alma de los hombres mas que reflejos espasmódi– cos de la carne que se corrompe y mancha las fuentes de la vida!!. No librarán, tos flamantes reguladores de ta fecundidad, a tas mujeres del dolor que tan insoportable se les antoja a las degeneradas hijas de Eva, sino que afiadirán al dolor el estigma bestial de la esclavitud: y su falsa compasión será una mentira más con la que tratarán de encu_brir la tiranía de los fuertes y la idola– tría del egoísmo embrutecedor y canallesco. Argumento moral Bendigamos al Sefior porque, afortunadamente pa, ra nuestros pueblos católicos, las mujeres sienten inten– samente el generoso instinto maternal como una deri– vación de su fe y de su amor a Jesucristo, fundador del pedestal que las enaltece y dignifica; pero al mismo tiempo vigilemos por conservar en el alma femenina los principios cristianos que la hagan digna de las predilec– ciones de Jesucristo y continuadoras de la obra de re– dención social cristiana encomendada a las madres del Evangelio. Es preciso acentuar el sentimiento de las responsabilidades maternales y de los derechos morales imprescriptibles que Dios ha otorgado a las mujeres que comparten con el hombre, jefe del hogar, la gloria de la fecundidad. ¿Porqué las madres no han de tener