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88 GUÍA DE SUPERIORES Tratándose de cosas que pertenecen al propio oficio, el Superior no se debe prestar a ciertas curiosidades de los súbditos indiscretos. Mantenga límpida su dignidad, respondiendo con resolución: Lo que no se puede decir, no se debe preguntar. Y esto, aun caducado su mandato. Las noticias de su gobierno precedente que pueden perturbar, disgustar, ofender al prójimo o servir de impedimento para la bue– na marcha ~e la Provincia o de los individuos, no debe re– velarlas ... Guarde su reputación y la de sus prójimos. No haga o d.iga de los otros, lo que no quiera para sí mismo. Acerca de la circunspección que el Prelado ha de te~ ner en su conducta y en sus palabras escribe S. Buena– ventura: "Gran discreción ha menester el que tiene el oficio de vivir con muchos, sirviéndoles de ejemplo, de atender a cada uno y de contentar a todos; discreción en verdad necesaria para reducirse al término medio, evi– tando extremos viciosos, como ser demasiado triste o de– masiado alegre, demasiado blando o demasiado severo, demasiado sociable o demasiado solitario, demasiado taci– turno o demasiado hablador, demasiado áspero o dema– siado suave en palabras, demasiado riguroso o demasiado remiso, demasiado ausente o demasiado presente respec– to a los huéspedes, demasiado espléndido o demasiado tacaño respecto a las comidas, demasiado curioso o de– masiado despreocupado respecto de la conducta de los religiosos, demasiado despreciador de unos y demasiado favorecedor de otros, y extremos semejantes" (5). El Superior debe escoger el término medio que menos se desvíe de la justicia, de la caridad y del deber, obran- (5) S. BUENAVENTURA, O, c., p. VI, TI. 17.
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