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CONF, VI.-VIRTUDES NECESARIAS 87 lado en sus bríos pastorales, impidiendo, bajo apariencia de humildad, que sean corregidos los rebeldes; sin la dis• creción, todo buen ejemplo carece de eficacia para edifi– car a los demás, así como el manjar, por bueno que sea, no tiene sabor sin el condimento de la sal" (4). La discreción en todo, pero principalmente en las pa– labras, conservando los secretos profesionales, siendo re– servados en el hablar. De todo lo que ve, lo que oye, lo que le comunican, le confían... por razón de su oficio, debe observar el secreto, de lo contrario, pronto se hará del dommio público. Dice un proverbio oriental: Pon tu secreto en la boca del Bósforo y presto lo comunica1rá al Mar Negro, porque está próximo y hay corrientes sub– marinas... Hay algunos tontos o malignos, los cuales, apenas re– ciben alguna confidencia, en secreto, de los que están arriba, la propalan, también en secreto, por vanagloria... o por otros motivos ... , y pronto se llega a saber en toda la Provincia o fuera de ella... , y todo ello en secreto. Si el Superior forma juicios sobre tal o cual religioso, sí murmura de un súbdito o se queja en público... , rá– pidamente vendrá en conocimiento del interesado, quien se alejará, perderá la confianza y se vengará, quizá, en tiempo oportuno... Además, el secreto ayuda al Superior para manejar Jos negocios, para evitar que los enemigos, los malicio– sos, los perturbadores... , metan "palos en las ruedas", como suelen decir los italianos; porque en toda colecti– vidad suele haber siempre algún disgustado al que se le puede aplicar aquello de callidior cunctis animantibus terrae... (4) Cfr. S. BUENAVENTURA, O. C., p. 535-537.