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192 GUÍA DE SUPERIORES como fundador, todos profesamos la misma Regla, aun– que no todos con el mismo rigor. Las modificaciones ac– cidentales provienen de dispensas pontificias y de las Constituciones particulares aprobadas por la autoridad eclesiástica. Dejando aparte esas diferencias históricas y jurídicas, que no hacen a nuestro intento, estudiemos las notas ca– racterísticas del franciscanismo en general. Este francis– canismo se debe conocer.en sus principios, en su desarro– llo, en su plena realización; porque, como dice el Carde– nal Francisco Erhle, "Dios suele mostrar a. los santos l:Pundadores, y a veces de un modo maravilloso e inmedia– tamente, el plan general de la obra que han de realizar; pero en cuanto a los pormenores y a su determinación concreta, deja obrar a las causas segundas, es decir, a los acontecimientos y experiencias de la vida, que impri-. men a su fundación un cierto desarrollo progresivo. Esto podemos observar en San Francisco, lo mismo que en Santo Domingo o en San Ignacio. Por eso es un grave error ver la expresión más perfecta de un ideal, su p1;1nto culminante, en el primer momento de su realización, y considerar en consecuencia como una apostasía parcial, como una decadencia, todo ulterior desarrollo y calificar de fuerzas destructoras las fuerzas que conducen a ese desenvolvimiento" (1). "Esta advertencia-añade el P. Hi– larino F'elder-es de suma importancia. Muchos moder– nos investigadores sólo quieren ver los ideales de San Francisco en los primeros comienzos de su obra, conside– rando todo cambio o modificación posterior como una desviación y alejamiento del plan primitivo. Eso es ig- (1) Die Spiritualen, ihr V,erhiiltniss iZUm Franziskaneror– den und den Fratricellen, en Archiv. für Literatur und Kirchen,. geschichte des Mittelalters, III, 558 sq.

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