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CONF. XII.-DE LA EDUCACIÓN DE LA JUVENTUD 175 den de la vida interior, de la gloria de Dios, del celo por las almas... Pero desgraciadamente no siempre son ésos los móviles de las impaciencias juveniles... Muchas veces son motivos más humanos y menos nobles... No se les debe lanzar bruscamente del claustro al mun– do desconocido para ellos. Con frecuencia tropiezan y caen, porque les falta la experiencia... Para mejor preparar a nuestra juventud, para que rinda frutos más eficaces y ofrezca mayores garantías, nuestras leyes establecen los cursos de Elocuencia sagrada como preparación próxima y gradual al apostolado... Para formar Lectores y Profesores están los estudios universitarios en los Centros, indicados por nuestras le– yes. 5. SUPERIORES, SALVAD LA JUVENTUD Padres Provinciales, Definidores, Lectores, Profeso– res, Maestros, Religiosos ancianos, educad la juventud con el ejemplo, con las palabras, con la enseñanza, con el con– sejo, con la ayuda mater~al, con el interés, por todos los medios que podáis... Salvad la juventud de tantos peligros, de tantas ideas mundanas y poco rectas, de tantos engaños, de tantos falsos pedagogos que la llevan a la ruina... Termino con las palabras de Pío XI: "Y ahoil'a habla– mos a vosotros, hijos e hijas de nuestra predilección, los cuales emulando carismata meliora y secundando no sólo los preceptos, sino también los deseos del divino Rey y Esposo en fidelidad de vuestros santísimos votos y en la religiosa disciplina de toda la vida, perfumando de virgí– nea fragancia la Iglesia de Dios, la ilustréis con las con– templaciones, la sostengáis con las oraciones, la acrecen-

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