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CONF. XII.-DE LA EDUCACIÓN DE LA JUVENTUD 167 Apostólicas, de toda la historia de la Iglesia, resulta cla• ramente que el sacerdote de Cristo no es sólo un minis• tro del culto, un oficial de liturgia, sino también un edu– cador, instructor y f armador de inteligencias y de con– ciencias... De aquí la suma importancia para los sacer– dotes de la Pedagogía, que trata de la educación en ge– neral; de la Didáctica, que se refiere a la enseñanza y al método; de la Catequética, que es la Didáctica aplicada a la enseñanza de la religión" (5). Si esta Pedagogía se recomienda a todo sacerdote de Cristo, con mayor motivo a los Superiores y a los encar– gados directamente de la formación de la juventud. 3. QUÉ COMPRENDE LA EDUCACIÓN La educación en nuestros Centros debe comprender todo el hombre, debe ser integral en todos los órdenes de la vida temporal, según la vocación o los destinos de la Providencia. Por tanto, l. 0 Es necesaria la educación física. El desarrollo conveniente a las personas para que puedan trabajar y cump.lir con su misión. Un enfermo, un débil o inhábil, no puede ejercer los ministerios, ni dedicarse a los traba– jos manuales. De tal manera se debe compaginar la vida de auste– ridad y de penitencia propia de nuestra Orden con la salud corporal, por lo menos habitual, que nuestros jó– venes no salgan inutilizados para el trabajo. No se educa para formar enfermerías, sanatorios y hospitales... (5) Enchir. de Statibus perfect., t. I, p. 564.
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