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CONF. xn.-DE LA EDUCACIÓN DE LA JUVBNWD 163 aseado... Ver cómo nuestros Hermanitos se esmeran con solicitud fraterna por que todas las oficinas, todas las de– pendencias de la casa, todas las necesidades de la familia conventual se vean satisfechas y remediadas... Es de sa– tisfacción para todos ver la prosperidad y el progreso, en todos los órdenes, de la Provincia, en la cual profesa– mas y a la cual pertenecemos... Pero todo ese progreso y prosperidad se fundan en la educación de la juventud. Spes in semine... toda la es– peranza de la recolección y de la abundancia está en la educación de nuestros jóvenes, tanto clérigos como legos. Si ésta se descuida o va mal dirigida, todo se precipitará a la ruina... 2. QUIÉNES Y CUÁLES DEBEN SER LOS EDUCADORES La educación es un arte. ¿Y qué cosa, dice San Juan Crisóstomo, puede igualar.se a este arte que se ocupa de dirigir las almas y formar bien la mente y la índole del joven? Aquellos en los cuales es confiada esta empresa es necesario que demuestren mayor diligencia que cual– quier pintor o escultor (2). Los cuadros dependen del artista, y los educandos, de los educadores. ¿Quiénes son los educadores en nuestra Orden? ¿Quiénes deben contribuir para formar la ima– gen perfecta del cristiano y del religioso? No tratamos ahora del educador divino Jesús, que es el Maestro y el modelo de los que se han de santificar. Tampoco nos detenemos en la influencia que tienen en la educación la vid.a de nuestro Seráfico Padre y las vi– das de los Santos de las múltiples Ordenes Franciscanas... (2) Homil. 60, in Matt., c. 18.