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CONF. XI.-DB LA CARIDAD FRATERNA 151 con más belleza la fuerza de la caridad; porque ¿quién resiste a la muerte? Resístese al fuego, al furor de las olas, a la espada, a las potestades, a los reyes; pero a la muerte nada resiste; de igual manera, nada resiste al amor. "¿Deseáis saber cuándo será un Superior lo que de– be?", pregunta el Padre Aquaviva. Y responde: "Cuando reciba a los inferiores con tanta caridad y ternura, que vayan a depositar confiadamente en su seno, como en el de una madre, todas sus penas, sus necesidades, sus de– fectos, y cuando la corrección y lo que de ella proceda, aunque penosó a la naturaleza, sea recibida por ellos como un beneficio de su amor, sin provocar el menor re– sentimiento en su alma. Vuestros inferiores son vuestros hijos, los hijos de Dios; consideradlos, amadlos, pues, como· tales. Sed pa– dres, madres, nodrizas, médicos, para con ellos; en una palabra, todo para todos; no omitáis nada para conven– ceros de que ésos son vuestros constantes y sinceros sen– timientos. Por ese medio los llevaréis a donde queráis, porque los tendréis prendidos por el corazón" (13). · 2. PROPIEDADES DE LA CARIDAD La caridad verdadera reviste muchas cualidades. Debe ser sobrenatural, universal; afectiva, efectiva, interna y externa, demostrándola en los pensamientos, en los jui– cios, en las palabras y en las obras, de todos los modos que sea posible. San Pablo, escribiendo a los de Corinto, habla con elocuencia sublime de la caridad, cuyas notas describe, (l3) F. T. D., El Superior perfecto, p. 195-196.

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