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CONFERENCIA XI DE LA CARIDAD FRATERNA EN LOS SUPERIORES Sabemos que la virtud principal 1del cristianismo, que compendia toda la Ley y los Profetas, es la caridad. El amor a Dios, fin supremo de todos los hombres, y el amor al prójimo, por amor de Dios, consecuencia nece– saria del primero. Esta es la característica del cristiano. "En esto co– nocerán todos que sois mis discípulos, si os amáis los unos a ios otros'' (1). · Un cristiano, que comprende su alta. dignidad de hijo de Dios y miembro del Cuerpo Místico de Cristo, procura no contristar al prójimo, ni ofenderle en lo más minímo; se; esfuerza en ayudarle y amarle con obras y palabras... Evita la ira, el odio, el rencor, la enemistad, la murmuración, la crítica, la ofensa... Un Religioso, que por su estado debe tender a la perfección, procura no sólo amar a Dios con todas sus fuerzas, sino también a su prójimo, a los cuerpos y a las almas. Trabaja por la salvación propia y por la de sus hermanos, próximos y lejanos, por todos los redi– midos con la Sangre de Cristo... Perdona y ama a los enemigos, a los perseguidores... Un Superior, que es modelo de los súbditos, con ma- · (1) Joann., XIII, 35.

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