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CONF. X.-DE LA FIRMEZA DE CARÁCTER 145 Se GUenta que en todo el tiempo que el Cardenal Be– larmino fué Rector del Colegio Romano, jamás supieron negarle nada los súbditos, porque era un hombre tan razor.able y lleno de mansedumbre, que no era posible la resistencia. Un Superior que hubiese metido más rui– do, no habría arreglado tantos asuntos como el Santo llevo a término. "El hombre prudente y cuerdo- dice Séneca- jamás se encoleriza, ni !Se deja llevar del mal hu– mor. Las abejas pican cuando se las hostiga, mientras que los leones y los elefantes ni siquiera se dignan vol– ver ia cabeza a los gozquejos y a las zorras que van }a– drándoles detrás." Nada hay- dice San Alfonso María de Ligorio- que desdiga tanto de un Superior como la có– lera, pues hace odioso y despreciable al que ha de ser estimado y venerado. Es fácil incomodarse, mandar con humos de sargento, amenazar y castigar; esa forma tan triste de gobierno se aprende fácilmente y sin necesi– dad de maestro. Pero gobernar las pasiones, moderar el genio, soportar con paternal corazón los defectos del inferior, esperar a que el fuego de la impetuosidad y de la cólera haya pasado, tomar las cosas con paciencia, orar antes de la corrección y examinar primero los me– dios de corregir con caridad y con fruto, exige una vir– tud varoml y muestra un gran talento para gobernar a los hombres" (12). 4. SUAVITER ET FORTITER AGITE En consecuencia, el buen Superior debe evitar la terquedad y la intransigencia; no debe ser débil ni in– constante en el cumplimiento de su cargo. Necesita la (12) F. T. D., El Superior. perfecto, p. 244. 10
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