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CONF. IX.-MINISTERfUM TUUM IMPLE 125 que más daño cause a la caridad fraterna que hacer cada uno lo que quiera, sin miedo de que el Prelado lo reprenda" (5). 2. VIGILAR CON SOLICITUD Dice Dios por Ezequiel: Yo te he puesto por centinela en la casa de Israel {6), refiriéndose a los pastores de su pueblo elegido. Lo podemos aplicar a los pastores de al– mas. Así como se coloca el centinela en lugar elevado para observar de lejos los movimientos del enemigo y evitar que el ejército acampado en la llanura sea sor– prendido, así también, los que están encargados de guiar a sus hermanos tienen la misión especial de andar aler– ta y seguir atentamente las maniobras del enemigo de la salvación, para apartar de ellos los lazos y peligros que les prepara el demonio con el fin de hacerlos caer en sus redes. La vigilancia es necesaria, porque no es durmiendo, sino vigilando, como el pescador coge los peces. El vi– ñador vela para que la viña de su amo no sea devora– da; el pastor pasa la noche custodiando el rebaño; el marino vela para dir~gir fa embarcación con rumbo al puerto; el Superior prudente debe vigilar sobre las almas que Dios le ha confiado, porque tendrá que dar cuenta de cómo las ha conducido a Dios. Los Superiores locales en nuestra Orden se llaman G11,ardianes, o guardas puestos por Dios para custodiar en el campo de la religión la buena semilla de sus leyes, constituciones, votos, con que la ha fecundado. Si, en (5) Apud. B. DrEGo DE CÁDrz, o. c., 55-56. (6) Ezech., III, 17.

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