BCCCAP00000000000000000001103

112 GUÍA DB SUPBRIORBS del s·úbdito a quien manda. Se refiere en la Vida de San".' ta María Magdalena de Pazzis que, instruida por Jesús, se esforzaba en tener tantos ojos cuantas eran las almas que le había confiado. Cuantas almas tuvo a su cuidado, especialmente en el tiempo que fué Maestra de novicias, tantos modos diversos tenía para llevarlas a Dios. San Gregario Nazianzeno, respecto a la diversidad de caracteres, escribe: "Para algunos es útil la alabanza; para otros, la reprensión, cuando una y otra se hacen oportunamente; al contrario, no usadas en tiempo opor– tuno, con razón causan daf10. Para algunos basta una ex– hortación para estimularles al deber; para otros, sin-em– bargo, son necesarias las reprensiones. Unos escuchan la admonición sólo cuando se hace en público; para otros, es más que suficiente hacerla en privado. Los hay tam– bién que, una vez reprendidos, más francamente rompen con todo pudor y miramiento, y otros que, llamados apar– te, a tú por tú, por las buenas, siguen caminos mejo– res" ... (1). Nuestro Beato Diego escribe: "Ha de hacerse cargo el prelado que, así como no son todos sus súbditos igual– mente fervorosos o adelantados en la virtud, ni de igua– le~ fuerzas y talentos, así tampoco no debe ser una pro– pia la conducta de su gobierno con ellos, porque ha de acomodarse al espíritu, genio y capacidad de cada uno, tanto en las comisiones, empleos y ministerios a que lo destine, cuanto en el rigor con que quiera exigirle la ma– yor devoción, la observancia más exacta de nuestras leyes, por la práctica de !as virtudes que son propias de nues– tro estado. Así lo aprendemos del apóstol San Pablo, que, escribiendo y enseñando a sus espirituales hijos, decía (1) Cfr. Enchir. asceticum, n. 298. Friburgi, 1936.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz