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CONF. VII.--OTRAS VIRTUDES ·101 Iiace al hombre amigo de Dios; se dice en el capítu– lo 33 dei Exodo: "El Señor habla a Moisés cara a cara, como suele un hombre hablar con su amigo." Da confianza de alcanzar lo que se pide; se dice en el capítulo 3 de la primera epístola de San Juan: "Confian~. za tenemos delante de Dios, y cuanto le pidiéremos, re– cibiremos de El." Impregna de enjundia la oración; dice el Salmo XIX, 4: "'I'u holocausto sea pingüe"; y en el 38 del Eclesiásti– co: "Inmola víctimas pingües." Hace al hombr,e piadoso y afectuoso; se dice en el ca– pítulo 7 de la Sabiduría: "Suave amador de los hombres, benigno, es el espíritu de la sabiduría." Humilla el corazón; se dice en el capítulo 66 de Isaías: 11 ¿Y en quién pondrá sus ojos sino en el humilde? El acei. te contiene los ímpetus de una olla ardiente." Da constancia contra las adversidades; se dice en el Salmo XXVI, 1: "El Señor es mi iluminación y salud; ¿a quién temeré?", y en el capítulo 8 de la epístola a los .Romanos: "¿Quién nos separará de la caridad de Cristo?" Hace deleitables todas las oqras buenas,· se dice en el capítulo 8 de la Sabiduría: "Su conversación no tiene amargura, ni tedio su trato, sino alegría y gozo." Eleva el alma a cosas celestiales,· se dice en el capf– tulo 54 de Job: "Si enderezara a Dios su corazón, atrae– ría a sí el espíritu y aliento de El." Hace que el mundo sea despreciabl.e; se dice en el ca• pítulo I del Eclesiastés: "Vi todo lo que se hace debajo del sol, y he aquí que todo es vanidad." Obliga a desear las cosas del cielo; se dice en el capí– tulo primero de la epístola a los Filipenses: "Me veo es-