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96 MANUEL GONZALEZ GARCIA ideación (como por ejemplo, los mismos conceptos de espacio y tiempo, los cuales son resultado de una conversión o reducción a cuantitativo de lo que primariamente se da como cualitativo)» 260_ En la experiencia pueden aparecer otros datos con el carácter de inme– diatos y fundamentales, que no sean primarios sino adventicios. Así es el caso de la asimilación que llevamos a cabo del espacio y del tiempo (como medios independientes y homogéneos) en nuestra experiencia. Se trataría, en este caso, de la incorporación de elementos que son datos adventicios y se convierten, con tal asimilación, en espontáneos. Lo inmediato y lo primario, como hemos visto, es la distinción cuali– tativa entre el antes y el ahora temporales, entre el aquí y el allí espaciales. Los conceptos de espacio y tiempo homogéneos no son primarios, sino adqui– ridos intelectualmente, derivados, adventicios. Pero la experiencia, por acumulativa y por completar al sujeto, refunde lo primario y lo adventicio y el sujeto «vive sus experiencias habituales como si la cuantificación del tiempo y del espacio fuesen para él algo primario, natural e irreflexivo» 261. E. Nícol habla de una «segunda naturaleza» en la que el «espacio neutro y el tiempo uniforme quedan vita/izados. En este caso los valores métricos no se aplican literalmente, no vienen a sustituir a los otros, los primarios y cualitativos; al quedar vitalizados se opera con ellos en función del aquí y del ahora» 262 • Aun rechazada la mutua dependencia espacio-tiempo, debemos afirmar la implicación recíproca del aquí y del ahora. Ello se debe a la actuación de ambas dimensiones del yo, en cualquier situación. «Aquí es siempre el lugar donde yo estoy y ahora es siempre mi momento presente. Ellos tienen, por tanto, una actualidad plena. Es más: son las condiciones y la base de nuestra actualidad vital. La distinción entre los dos no es primaria, sino derivada, aun cuando de hecho la asimilación de los conceptos de espacio y tiempo como independientes y como significativos de medios homogéneos (o sea la con– versión de datos cualitativos a conceptos cuantitativos vitalizados) motiva que aquella distinción tome el carácter de algo inmediato en la experiencia habitual» 263 • 260 PSV 52-53. Cf. también 54 ss. 261 PSV 57. 262 PSV 57. E. Nicol pone algunos ejemplos prácticos para mostrar cómo vita– lizamos el tiempo y el espacio. El espacio neutro (él pone el ejemplo de «diez metros») puede convertirse en un valor más grande o más pequeño en función de nuestro «aquí» y nuestro «ahora», estando las personas lejos o cerca, aunque métricamente ,se hallen en Ia distancia justa de diez metros en todos los casos (PSV 57). Aun hay más. El espacio y el tiempo se hacen interdependientes, pues para el sujeto en su experiencia, «no existe un tiempo independiente del espacio; el tiempo métrico está vitalizado porque depende del ahora y el espacio métrico está vitalizado porque depende del aquí; pero el aquí y el ahora están implicados el uno en el otro necesa– riamente para cualquier sujeto, en cualquier situación» (PSV 58). Algunos ejemplos de esta dependencia y vitalización en PSV 59. 263 PSV 59.
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