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92 MANUEL GONZALEZ GARCIA Y o profundo o fundamental 1) Vive la duración pura. Yo superficial 1) Vive la duración homogé– nea. 2) La duración está constitui– da por momentos heterogéneos. 2) La duración está constitui– da por momentos homogéneos. 3) Los estados conscientes pe– netran los unos en los otros, se compenetran íntimamente; son mag– nitudes intensivas. 3) Los estados conscientes for– man una multiplicidad numérica, referida a fenómenos contemporá– neos del mundo exterior. 4) Multiplicidad cualitativa. 5) El yo es fusión y organiza- ción. 4) Multiplicidad numérica– cuantitativa. 5) El yo vive estados cons– cientes bien definidos 2 49. Bergson, a través de sus análisis, cree haber descubierto lo que él mis– mo denomina los «datos inmediatos» de la conciencia, entendiendo por tales lo simple y lo primario: la duración pura y el yo fundamental. Estos datos son los fundamentos, aunque los encontramos revestidos o tapados por ela– boraciones intelectuales, tales como el espacio homogéneo y el tiempo homo– géneo. De aquí, que «para encontrar este yo fundamental, tal como lo perci– biría una conciencia inalterada, es necesario un vigoroso esfuerzo de aná– lisis» 250. Tras esta exposición de las ideas bergsonianas sobre el espacio y el tiempo, E. Nícol inicia su crítica a las mismas, crítica que se centra en tres puntos concretos: 1) La comprensión de la «conciencia inalterada». 2) Que haya de entenderse por «datos». 3) La colaboración del entendimiento en la percepción. Respecto del primer punto, es difícil entender cómo el análisis que penetra a través del yo superficial para alcanzar el yo fundamental -un duro trabajo de ensimismamiento- pueda llegar a percibirlo como si de una conciencia inalterada se tratase. Psicológicamente, no sólo la realización del análisis, sino que el simple propósito de llevarlo a cabo, ya introducen una modificación en el sujeto. A este propósito escribe con claridad E. Nícol: «No se puede partir hacia ningún lugar sino desde un lugar. El lugar inicial y el propósito de partir son el supuesto de la partida. El inicio de un análisis presupone, en el que lo efectúa, la posesión de ciertas ideas previas sobre lo que va a analizar y sobre la posibilidad y el modo adecuado o método para efectuar el análisis. La conciencia total– mente limpia, completamente ingenua, la "conciencia inalterada", no 249 PSV 46. 250 Ibid.
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