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84 MANUEL GONZALEZ GARCIA una teoría antropológica, para que la psicología no quede reducida al campo psicológico científico, experimental y cuantitativo 220 . En cuanto está con– vencido de haber unido ambos elementos (análisis y teoría antropológica), cree haber llevado a cabo una obra nueva 221. E. Nícol no duda en distanciarse, desde el primer momento, de las psico– logías científicas tanto por el objeto como por el método que propone en su nueva psicología situacional. La psicología, en los dos últimos siglos, comienza por emplear la obser– vación y la experimentación como métodos específicos propios para estudiar los fenómenos psíquicos. Esta psicología partiría de los siguientes presupuestos: 1) La distinción entre lo psíquico (algo interno, subjetivo, íntimo, no aparente, no fenoménico) y la expresión (algo externo, fisiológico, somático). 2) La regularidad y la constancia de correlaciones entre estos dos ele– mentos, el psíquico y el expresivo. 3) Una representación cuantitativa de la expresión externa podrá ser adecuada para el conocimiento de la vida psíquica interna. Pero, como los elementos psíquico y expresivo son heterogéneos, la psicología ;científica termina por renunciar a la psique y quedarse con la relación estímulo-expresión, que se presenta como homogénea y cuantificable. «El resultado es una psico-logía sin psique; un concepto de la expresión según el cual lo expresado no es el yo, sino aquella parte de su reacción motriz ante los estímulos que es reductible a representación cuantitativa; o bien un concepto del yo por el cual éste queda reducido al puro sujeto de aquellos movimientos. Para esta psicología, la situación es el dispositivo de los estímulos y constituye el factor objetivo del análisis, o sea el que justi– fica el carácter científico de la psicología» 222 • Por este camino se derrumba la cualidad del hecho psíquico, al cuanti– ficarse dos factores que no pueden ser reducidos a cantidad: la intensidad cualitativa y el tiempo vivido. Con esta orientación, en realidad, la psicología se acercó a la fisiología y sus métodos. Algunos psicólogos quisieron fundar la objetividad del método psico– lógico en la «observación ajena». Pero el hombre no puede, en modo alguno, constituirse en puro «objeto» por el simple hecho de la observación externa. Siempre permanece como «sujeto que dialoga con su experimentador» 223 . 220 VH 196-97; CRS 77. 221 Así escribe en VH: «Podemos afirmar que una psicología que adopte como misi6n propia el análisis, la descripci6n y la comprensi6n del modo como el hombre vive su vida, es algo que hasta nuestros días apenas se había siquiera intentado. Pues el intento no debe consistir solamente en adelantar análisis concretos de la índole indi– cada, sino en iniciar éstos sobre la base de una estructura articulada y rigurosa de con– ceptos que encuadren el campo de aquella vida humana que hay que comprender y, por ende, el campo mismo de la psicología» (p. 183). 222 PSV 22, nota 1ª. 223 PSV 23.
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