BCCCAP00000000000000000001097
116 MANUEL GONZALEZ GARCIA como «ser» y «poder ser». La vida, entonces, sería la actualización de las potencias del ser y la historia sería el reflejo de las actualizaciones realizadas por el hombre, enmarcados por los términos de la acción (la naturaleza, lo divino y lo humano) y promovida por los factores de la acción (necesidad, libertad y azar). Propiamente, no hay definición de hombre, sino historia, que queda reflejada en las distintas ideas históricas que el hombre ha creado de sí mismo. Todo el proceso tiene un principio fundamental: todo cambia menos la ley que rige el cambio. a) DIALOGO CON EL HISTORICISMO De un modo parecido a como procedió en Psicología de las Situaciones Vitales, E. Nícol engarza su reflexión con aquellas doctrinas filosóficas que estaban vigentes en el momento de escribir su obra: el historicismo 3 51 . Este irrumpió en un mundo filosófico, en el que «a la idea de que el hombre tiene una esencia definible, y por tanto universal, intemporal, y que permanece inalterable por debajo de los cambios históricos que sufren el ente humano individual y la huma– nidad como género, a esta idea correspondería una pareja idea de la verdad como saber universal y necesario, igualmente desligado de las condiciones históricas en que pudiera ser logrado» 3 52. La innovación doctrinal más fuerte que trajo el historicismo fue la conexión entre pensamiento y vida, que alteró ambos términos tal como se venían explicando hasta aquel momento. El hombre ya no tendría esencia, sino historia. El pensamiento sería el producto de una razón histórica, órgano del ente histórico. La vigencia de la verdad pasaría a ser, igualmente, his– tórica, expresión de una situación temporal concreta. Esta situación arrastraría al hombre hacia el escepticismo y el relativismo subjetivista, porque la historia del pensamiento demuestra una clara tendencia del hombre a fundamentar su vida en la verdad. Y si ésta falla en cuanto fundamento necesario de la vida, estamos abocados a la crisis 353 . La nueva noción del hombre, perturbadora, es que «el hombre es un ente temporal» 354. E. Nícol cree que en tal noción hay implicados tres problemas: el del ser, el del tiempo y el de la razón. Sobre los problemas del ser y del tiempo (ya que ambos están unidos), la nueva noción no se basa en los supuestos metafísicos de la filosofía que seguía las normas lógicas tradicionales. Pues éstas, al establecer la definición por género próximo y diferencia específica, no sólo guardaban el rigor del 351 IH 16. 352 IH 21. 353 Cf. IH 17-20. 354 IH 22.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz