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EL HOMBRE Y LA HISTORIA EN EDUARDO NICOL 111 cipios cualificando las situaciones vitales. Aunque, «más bien cabe decir que la existencia toda es una literal complicación de forzosidades, casualidades e iniciativas, y que no hay situación en la que no puedan discernirse, entre– mezclados, los tres factores» a2a. Azar, destino y .carácter son factores de la acción. Y en esta dimensión son estudiados. Destino «es lo dado en el hombre, es decir, limitación y constricción: lo que no se ha elegido y no se puede alterar» 329; «es lo necesario, lo for– zoso, lo pre-determinado» 330, En cuanto forzosidad, se vive el destino en una situación fundamental; también es una situación límite. La limitación del destino tiene diversos grados: 1) La del ser humano en ·cuanto humano. 2) La del ser humano en cuanto individuo concreto. 3) La del ser humano en cuanto situado en una posición espacial y temporal. 4) La del ser humano que se encuentra con otros hombres y se halla dentro de los acontecimientos sociales 331. Pero el hombre no sufre el destino como algo que lo condene, sin más. No estamos constituidos sólo por lo dado, como si fuésemos un ser completo, inalterable. Una ~aracterística importante del destino es ser ám– bito dialéctico, es decir, que, junto a la necesidad forzosa de los límites, nos ofrece posibilidades de luchar entre tales límites. Precisamente, al ejercitar nuestras capacidades -instrumentos de acción, que son al mismo tiempo destino y ofrecen posibilidades-, aparece que nues– tro ser no está completo. Y por aquí entran en íntimo contacto necesidad o destino y libertad o carácter 332. El carácter es «nuestro poder de hacernos, nuestra capacidad de actuar cada uno con iniciativa personal» 33 3. El hombre es forzosamente libre, porque tiene que completar su ser insuficiente. Con el ejercicio de la libertad, la condición humana es, en reali– dad, obra humana 334. 328 PSV 138; cf. también 110, nota 2; ME 235-36, 320; J. González, La metafísica dialéctica de Eduardo Nicol (México 1981} 278. · 329 PSV: 136. 330 PSV 140. Cf. CRS 90-92; J. C. Torchia Estrada, art. cit., 369-70. 331 Cf. PSV 139 y CRS 90-91. 332 De esta manera se conjugan necesidad y libertad sin anularse. Pues la necesidad no puede perder su vigencia nunca, ya que, de otro modo, no sería necesidad. Libertad es la consecuencia de que el ser del hombre ha de hacerse, por no estar com¡,leto. «Nece– sidad y libertad no son dos contrarios que se excluyan el uno al otro» (PSV 137). 333 PSV 140. Cf. CRS 91-92. 334 En cuanto al origen de la idea de que el hombre es libre por necesidad, E. Nícol confiesa haberla recibido del Banquete de Plat6n (el hombre es un ser incom– pleto, «cuya carencia constitutiva es justamente la promotora de la acci6n») y más pro-
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