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:EL HOMBRE Y LA HISTORIA EN EDUARDO NICOL 103 que sea puramente racional. En todo caso, esto sería tan raro como el mo– vimiento puramente instintivo» 2 9 1_ 3) Cuando el acto mismo decide una situación indecisa, no hay par– ticipación de la razón. Como tampoco nos referimos a ella cuando emplea– mos la palabra «decisión» como adjetivo calificativo de una acción (obró con decisión). La razón no actúa constantemente, como el instinto, y cuando lo hace, como .facultad humana que es, se conjuga con todo el psiquismo humano. Como conclusión podemos recoger estas palabras que indican clara- mente el puesto de la raz6n en la acci6n humana: «Aun en aquellos actos en cuya gestación la razón interviene, el mo– mento culminante de la decisión sería irracional (si la razón fuese pura, incontaminable). El presente escapa a todo intento de definición: el presente es una realidad presente, la cual se intuye pero no se razona, no necesita justificación... La razón es aptitud, espíritu, y carece dé poder decisivo. La .razón es inoperante. Pero no sólo eso, sino que además le está vedado, por la limitación de su alcance, abarcar en una definición aquello que en la existencia humana es más radical: el acto de la opción, por el cual el hombre se va haciendo de un modo real y efectivo a sí mismo. En el acto de la opción el hombre trasciende la limitación que entraña su condición de ser posible; al realizar una posi– bilidad suya. Esto requiere una potencia dinámica. La razón ilumina el camino, pero no es el motor decisivo, la fuerza interior, el élan que nos mueve durante el recorrido. Esta potencia es la hormé vocacio– nal» 202. d) LA SITUACION VITAL El análisis de la temporalidad y la espacialidad del hombre no finaliza con la mera determinaci6n de su carácter cualitativo y subjetivo. Ellas tam– bién «implican una experiencia de relación .intersubjetiva o transubjetiva en general. Cualesquiera que sean las determinaciones concretas del aquí y del ahora, ellas trascienden siempre el límite de lo que se suponía puramente subjetivo; la unidad de la experiencia abarca algo más que la vacía con– ciencia de la duraci6n y que la uhicaci6n neutral del sujeto en un espacio común e indiferente» 20s. Es decir, si la acción temporaliza y espacializa al sujeto en un aquí y en un ahora, las determinaciones espaciales y temporales tienen una doble referencia: 291 PSV 88. 292 PSV 89. El tema de la «vocación» apenas está insinuado en la Psicologia de las Situaciones Vittites. Lo desarrollará .posteriormente en La vocad6n humana, La idea del hombre y Metafísica de la expresión. Baste aquí indicar que, de la misme. manera que llamamos al hombre «ser de ·relaciones vitales», podemos también denominarlo «constitutivamente el ser de la vocación» (PSV 103, nota 17). 293 PSV 92-93.

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