BCCCAP00000000000000000000963
DR. JOSE GREGORIO HERNANDEZ 209 -------------------~ necesidades de su alma, a su oración, a su estudio, y aun quizá no erremos al decir a las disciplinas y privaciones con que castigaba su cuerpo. Hernández no prescindió nunca de la idea de llegar a su Cartuja, ni sus compañeros y superiores de la esperanza de volverle a ver traspasar los umbrales de la amada soledad. Así lo demuestra la correspondencia. Copiaremos fragmen– tos de algunas cartas, por los que saboreamos el espíritu y amistad de aquellos piadosos monjes, verdaderos hombres de Dios, y muy en particular, el temple de santidad del celebra– do Maestro de Novicios, P. Etienne Arriat. Los Cartujos no lo olvidaron nunca, como lo pudo comprobar ha pocos años el doctor Carvallo en visita a la de Lucca. De la Cartuja de Trisulti, Collepardo (Provincia de Roma) le dice Fr. Jean Louis Lucchini: "Muy querido Profesor D. J9sé, ¿Recuerda usted a aquel Fr. Jean Louis, el único italiano que conoció en el Noviciado de Farneta? Después de su profe– sión (junto con D. Gonzalve), se le hizo coadjutor cartujano de Trisulti. . . Yo le recuerdo a usted a menudo: su apacib;~ carácter y humilde comedimiento me edificaba mucho. Después de su partida, pocos novicios han ingresado en Far– neta. Fr. Etienne es todavía el Maestro, pero el R. P. General D. René murió en noviembre de 1911, sucediéndole el último P. Procurador General, Fr. J. Mayand. Acepte mi constante recuerdo y mis mejores deseos". El Hermano D. Gonzalve Paquin, desde la Cartuja de Ve– dona (Belluno): "Muy querido Don Marcelo: Nos dicen las Santas Escrituras que como el patriarca Jacob supiese que José, el hijo de sus lágrimas, vivía aún, revixit spiritus eius. Sufficit mihi. si adhuc filius meus vivit: vadam et videbo illum antequam moriar. Ultimamente he tenido la dicha de recibir
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz