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194 DR. J. M. NUÑEZ PONTE rida como en Caracas ha gozado siempre de muy buena fama, como buen ciudadano, buen médico y, sobre todo, como buen católico, dotado de un espíritu de verdadera pie– dad. Las apreciaciones de esos dos príncipes de la Iglesia no hacen sino poner de relieve la excelente fama de que goza– ba el célebre Doctor, y ninguna sorpresa nos causa el con– curso extraordinario de pueblo en sus exequias y las mues– tras de simpatía que se prodigaron a su piadosa familia. Alábase a las víctimas de la gran guerra, que se sacri– ficaron por el interés de su patria, ¿cómo no ofrendar, pues, el mismo tributo de admiración a vuestro querido difunto, muerto en el ejercicio de la caridad para con los enfermos, sus compatriotas, a quienes atendía con tanta competencia, espíritu de fe y olvido de sí propio .. ? Sabe usted, señor, por experiencia cuánto amaba él a todos los suyos: sus tres hermanos, sus cuatro hermanas, sus sobrinos; y los Cartujos unen de todo corazón sus plegarias a las de ustedes por el reposo del alma del querido desapa - reciclo. Nuestro Reverendo Padre General lo ha recomendado a las oraciones de la Comunidad, y diariamente pensamos en él en el Santo Sacrificio de la Misa. Dígnese la Virgen Inmaculada bendecir a todos lo::; miembros de la querida familia de nuestro antiguo Novicio, como humildemente se lo suplicamos. Presente la expresión de mi respeto a la señora Isolina H. de Carvallo; y usted, señor, sírvase aceptar los sentimien– tos muy rendidos de quien es su humilde servidor en Cristo fesús. fr. Etienne Arriat.