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DR. JOSE GREGORIO HERNANDEZ 157 a que está destinado un País, y a que todo buen hijo ha de cooperar con alma, vida y corazón. Cuanto a ciudadano y patriota, Hernández, cuyo nombre figuró el primero entre los alistados de su parroquia, cuando el Gobierno llamó a milicias en la ocasión del bloqueo de 1902; que se declaró "tan venezolano en todo" (9); que en New York "sentía placer indecible al encontrarse cada rato con un venezolano" (10), sembró su vida de obras que fueron semillas de bien y de amor para su sociedad y su patria. Cuando desgranaba su alma en caridad al pobre y asisten– cia al enfermo; cuando prohijaba inteligencias y apadrinaba a los futuros sabios; cuando sorprendía algún secreto en sus lucubraciones; cuando se mostraba fiel cumplidor de las le– yes y obediente a los gobiernos constituídos; cuando predica– ba la paz y oraba por los magistrados; cuando extremaba la discreción para juzgar a los hombres; cuando merecía por sus hábitos la confianza y estimación de todos; cuando imponía por la independencia y libertad de su espíritu; cuando per– donaba las ingratitudes, estaba dando lecciones de patriotis– mo y de una gloriosa y envidiable ciudadanía. Sí, Hernández vivió para su patria, a quien proporcionó un fausto renombre; y hoy, ella le rememora y le celebra ufa– na, cantando de él la alabanza de San Pedro a Jesucristo, su divino Modelo, cuya imitación le movía e iluminaba a toda hora: Pertransiit benefaciendo! (9) Prólogo de los Elementos de Filosofía. (10) Carta a su hermana, Sra. Isolina H. de Carvallo, 8-IX-1917...

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