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152 DR. J. M. NUÑEZ PONTE tirme en el Convento; es además, una verdadera reliquia por estar escrita por un santo. "Te recomiendo mucho a María Luisa (su tía); el tener que dejarla me ha sido el más doloroso de los sacrificios que he tenido que hacer; haz con ella mis veces ... "Les ruego a todos me dispensen cuanto les he hecho sufrir. que Nuestro Señor nos dé la dicha de volvernos e: ver en el cielo" (6). A un sobrino: "Tú sabes que te tengo metido dentro del corazón y que desearía estar siempre y a todas horas a tu lado. No pierdas el tiempo, estudia mucho, que el bien es para ti. No seas desapegado con la familia, visítalos a todos con frecuencia ... " A una sobrina: " ... no tengo que recomendarte nada, porque sé que eres muy buena; pídele al Señor por toda tu familia siempre''. "El doctor Hernández ~escribía el entonces Pbro. Dr. Ma– nuel Arteaga-, recuerda a su Patria, su amili0., con tanto más amor cuanto su corazón está más entregado a Dios. Yo no quise traerle recuerdos que pudieran avivar el dolor de su separación, comprendiendo demasiado que él no ha da– do este paso de su vida sin un gran sacrificio" (7). Tanto en la primera como en la segunda tentativa de re– tiro del doctor Hernández, según testigos fidedignos, el des– garramiento de su corazón en medio del valor con que cum– plía lo que él se figuraba beneplácito de Dios, se hacía sen– sible a veces por las lágrimas que vertía al recuerdo de la (6) Carta citada. (7) Una visita a la Cartuja de Lucca.

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