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142 DR. J. l\I. NUÑEZ PONTE sobre la adormida sociedad de Caracas, la noticia de la par– tida del doctor Hernández para el encierro de la Cartuja. (21) "Ocupó un puesto prominente en la profesión. . profesor ilus– trado, que tuvo la gran gloria de fundar los estudios experi– mentales de Bacteriología y de Fisiología. su inmaculada vida. . sus aptitudes y su vasta ilustración científica. la entereza de su carácter. la patria debía esperar aún mu– chos beneficios". Y después, en 1919: "El candor y la fe fueron las dos grandes fuerzas que le conquistaron la más amplia independencia espiritual, el más extenso dominio de sí mismo y la poderosa energía moral de su gran carácter Fué médico científico al estilo moderno; investigador pene– trante en el laboratorio y clínico experto a la cabecera del enfermo. . Fundó su reputación sobre el inconmovible pe– destal de su ciencia, de su pericia, de su honradez y de su infinita abnegación. Por eso su prestigio social no tuvo límites, y su muerte es una catástrofe para la patria". El doctor Lobo: "En el campo de la ciencia, su amplio entendimiento desplegó alas de cóndor y remontó muy alto el vuelo eligió los estudios quizá más arduos de la medicina; y conquistó rápidamente en fisiología, histología y bacterio– logía un alto puesto que nadie osó disputarle y desde el cual derramó sin parsimonia el vasto caudal de los conocimientos con que durante treinta años nutrió el cerebro de sus incon– tables discípulos". El doctor Fonseca: "Sin omitir sacrificios, con la pujanza de sus brillantes talentos, se amaestró en la experimentación... enriqueciendo su acervo biológico de suyo bien nutrido. basta para su eminente notoriedad el título de fundador de (21) Conviene hacer constar que, a pesar de la disimilitud, de la distancia y oposición de sus ideas filosóficas y religiosas, la correspon– ::lencia de amistad, el afecto recíproco, mantúvose siempre igual entre H0rnández y Razetti.