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134 DR. J. M. NUÑEZ PONTE -- ------ ----------- --------------- por doquiera estoy rodeado de misterio, declara: "No es esto expresión de escepticismo, ni con ello preténdese renunciar a la razón. Reconocer el misterio es saber discernir entre la luz y la sombra, permanecer firmeL1ente adicto a lo conocido, ver el límite y afirmar que más allá de este límite hay aún algo, más allá de esa sombra hay todavía luz". La creación no es imposible, dado el poder absoluto del Creador, omniscio, omnímodo. El universo y cuanto en él se encierra, aunque imperfecto y sujeto a riesgo, manifiesta un orden, una ley. El mundo no era y luego fué: es el tránsito del no ser al sér, y "lo que pasa a la existencia exige una causa", según dicho del filósofo Kant. Esa Causa dinami" cante, infinita, eficiente, inmutable y necesaria, es Dios. El ha producido todo cuanto los seres manifiestan en sí, forma, sustancia, relativa perfección. El caos informe, vacío, las tinieblas sobre la haz del abismo, no ofrecían de modo al– guno nada de que por transformación Dios, Realidad Supre- 1'iC, pudiese sacar como efecto terminal los seres y las cosas. Empero, las cosas y los seres aparecieron con movimiento y vida, vale decir, fueron creados conforme al divino bene– plácito. Si el procedimiento cómo ello se hizo es oscuro, el hecho está ahí, cierto, positivo e innegable. "La verdad es que la creación se me presenta como un hecho", decía sen– cillamente Bergson. "Yo soy creacionista 1 " Con cuánta razón y con cuánto valor lo dice Hernández frente a los académicos, a boca llena, sosteniendo la tradi– ción secular de los sabios católicos 1 Ello, empero, no le im" pidió como hombre de ciencia moderno, de ideas claras, justas y amplias al servicio de la verdad, adherir, sin menos" cabo alguno para la fe, a la opinión intermedia del evolu" cionismo moderado, que pone a salvo las revelaciones bíbli– sas y las conclusiones de la filosofía cristiana.