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130 DR. J. l\I. NUÑEZ PONTE tualidad, a los grandes próceres de la moderna filosofía, en quienes se advierte hacia él una tendencia simpática, un como acercamiento conciliador, de que no es difícil predecir, acaso para muy pronto, que será una conversión definitiva. Qué hermosamente lo han calificado dos filósofos contrarios suyos, el protestante James al considerarlo como "la expre– sión misma del sentido común organizado y codificado", y el judío Bergson (18), al llamarlo "una metafísica natural de (18) Años pasados hablóse mucho en las esferas científicas sobre el acercamiento c;le Bergson al genio de Aquino y su conversión total al catolicismo, lo que no era de extrañar si se atiende a la fina perspi– cacia y alteza de alma del gran filósofo, que le rodeaban de una aura de sabiduría y de venerable serenidad. Su obra "Les Deux Sources de la Morale et de la Religion" de 1932, hacía vislumbrar este cambio por los temas que abordaba y las declaraciones favorables a la doctrina cristiana. "La moral del Evangelio es esencialmente la del alma abierta". En la última página de esta importantísima obra se lee: "La humanidad gime, aplastada bajo la pesadumbre de los progresos que ella misma ha prodigado''. Y en conversación con los esposos Maritain no temió afir– mar: "Todo lo bueno que se ha hecho en el mundo a partir de Cristo, y todo lo bueno que se haya de hacer, fué hecho y se hará por medio -del cristianismo". Bergson murió en 1941; creemos que su conversión fué efectiva. Muy joven aún, ante las teorías científicas en moda, él había declarado: "A una sola cosa le hago caso, una sola cosa me interesa: la verdad". Tras largos años de despliegue tesonero de vigor intelectual; después de leer algunas obras místicas, como quiera es congruente y aun menester, si se desea saber algo de un país no co– nocido, solicitar noticia de alguien que en él haya estado, luego que logró situarse frente a esa verdad, frente a Quien es principio y fin de ella; cuando él mismo testificó "haber encontrado a Dios", su discípulo Jacques Chévolier, también gran filósofo y escritor, díjole: -Está usted en el umbral del Cristianismo, a lo cual él le rec'Ó así: -Muy más adentrol Una muy ilustrada monja carmelita (Nouvelles Litféraires, 15 diciembre 1928), movida por la íntegra honestidad del intelectualismo de Bergson, da de él el testimonio siguiente: "Lo que he encontrado profundamente bello en Bergson es la limpieza intelectual de su doctrina y de toda su obra. ¿No hay una simple y soberana rectitud en el orden de las ideas, bien así como existe una pureza superior en el orden de los sentimientos y de los actos? Me ha conmovido esa aspiración tan firme y apasionada por la verdad, esa pureza de medios y motivos en su búsqueda No puede uno acercarse a tales almas sin recibir de ellas algún dón . " Empero, lo que vino a disipar todas las dudas y y atraer a Bergson consciente en plenitud aunque ya paralítico, al seno de la Fe, fue ciertamente su entrevista con el anciano profesor Lazarista
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