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234 ciencias, artes o curiosidades que no pertenecen a tu estado ... Saber novedades del siglo, que desdicen de tu profesión ... Saber lo que se dice de ti, para inquie– tarte o lisonjearte ... Saber lo que hacen los otros, lo cual nada te importa ... Si te introduces en ciertos ne– gocios, que no convienen a un Religioso, o en ciertos oficios que no te pertenecen, o acaso en algunas ocu– pacionE:¡,, aunq~e de caridad con e.l prójimo y del servicio de la Religión, pero excesivas para ti y dema– siado distractivas, embarazosas y perjudiciales al es– píritu .. Si eres moderado en la complacencia de ti mismo, cuando te sale bien alguna obra de tu empleo, y te proviene de aquí alguna honra o alabanza. Cuando te acontece trabar amistad y confianza con personas de alta categoría.,. Si en tu misma moderación eres orgu– lloso, queriendo que tu virtud aparezca y sea conocida, despreciando las honras, por ser más honrado,., La verdadera virtud de la templanza, que consiste en el uso moderado de los bienes de este mundo, nace del conocimiento que se tiene de que estos bienes son indignos del amor de un alma que fué criada para los bienes eternos del Cielo. Pero ¿tu templanza es tal? ... Avergüénzate de no tener ni aun la sombra de esta virtud. PRA:CTICA De sentimientos. Me desanima el considerar la grandeza de aquella gloria que Dios tiene aparejada en el Paraíso para los

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