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:2IO das gracias a Dios por este don, sin el cual vivirías como réprobo y desesperado,.. Si desconfías en algún modo de Dios, como que no pueda o no quiera conce– derte algún bien, y teniéndote como abandonado de El. .. Si haciendo reflexión sobre tu miseria, te envileces con exceso ... Si confías dema·siado, esperando salvarte, no obstante tu vida tibia y relajada... Confiando no pecar, aun poniéndote en las ocasiones... Esperando enmendarte de tus pecados, sólo en virtud de tus pro:– pósitos, sin pensar en Dios... Si te enredas en pensa– mientos sobre la predestinación, dudando ser réprobo ... Si en el principio de todas tus buenas obras recurres a Dios, pidiéndole su ayuda, o procedes como si pudieras hacerlo por ti mismo ... Particularmente cuando llegas a confesarte, si pides a Dios el dolor... Si muchas veces repites, como estás obligado, los actos de esperanza en las tentaciones y tribulaciones, especialmente al decir el Pater noster... Si tu esperanza es tal, que eficaz– mente te mueva a hacer y padecerlo todo por la gloria eterna... ¿Qué no hacen los mundanos por la esperanza de bienes caducos? ¿Y qué haces tú por la esperanza del cielo? La caridad es un don de Dios y una virtud infusa, ,por la cual se ama al mismo Dios sobre todas las cosas, por ser quien es. Esta es la mayor de todas las virtudes y es de precepto absoluto... Examínate, por tanto, si ruegas a Dios que te conceda su santo amor... Si le das gracias por tantos beneficios, con que se digna exci– tarte a que le ames... Si le quieres más que todas las cosas y más que a ti mismo, resuelto a padecer todos los males antes que ofenderle con alguna culpa, aunque
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