BCCCAP00000000000000000000946

208 debamos ocuparnos tanto, que no podamos también, así en el principio, como en el medio y en el fin, ofre– cerla a Dios, con la intención de no querer ni buscar otra cosa que el solo gusto de Dios? Aquí no se trata de hacer cosa alguna de nuevo, ni hacer más de lo que se debe; sólo se trata de practicar lo ordinario de la vida con mayor perfección; y para que sea hecho con más perfección, basta que se procure hacerlo exterior– mente con diligencia e internamente sólo a gloria de Dios, pero con voluntad plena, intensa y fervorosa. El obrar de esta manera tan sólo es conocido de Dios y de nosotros; y aun mucho más de Dios que de nos– otros; por esto, no estando sujeto a la vanagloria, está más seguro. ¡Qué consuelo para nosotros poder llegar a una santidad extraordinaria sin hacer nada extraor– dinario! ¡Qué gusto y alegría en la hora de la muerte haber juntado muchos méritos con poca fatiga! j Méritos grandes, sin haber hecho grandezas; méritos inmensos, con operaciones las más indiferentes y vulgares! MEDITACIÓN IV.-Las tres anteriores. EXAMEN PR!ACTICO para la tarde del día octavo Sobre las tres virtudes teologales, fe, esperanza y caridad. La fe es un don de Dios y una virtud infusa por Su Majestad divina, en fuerza de la cual nosotros creemos firmemente todo aquello que Dios nos ha revelado y la Iglesia nos propone como cosa de fe. Esta es absoluta-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz