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I97 compadecerlo, y tanto más amarle cuanto es mayor la necesidad suya, teniendo por cierto, que haríamos nosotros mucho peor, si Dios no nos preservase con su gracia ... Tener a los Superiores la debida reve– rencia, sufrir pacientemente cualquiera reprensión ... Procurar la enmienda de nuestros defectos, y con bue– nas costumbr_es vencer las malas... No manifestar los secretos de la Orden... No enviar ni recibir cartas sin licencia ... Guardarse de toda detracción y murmura– ción, y especialmente de los Prelados, del clero, y de los otros Religiosos, teniendo reverencia a cada uno, según su estado. XI.--Desechar, y con santa cautela huír la familia· ridad de las mujeres, y no tener con ellas largos e in– necesarios razonamientos... Cuando es necesario hablar con ellas, que sea siempre en Jugar manifiesto ... No sólo con las mujeres, sino también con los hombres seglares, debe ser nuestra conversación rara y dis• creta..• XII --En defensa de la fe estar siempre aparejado a derramar la propia sangre hasta la muerte ... En todas nuestras operaciones, tener ante los ojos el santo Evangelio, la Regla a Dios prometida, las santas y loables costumbres, y los ejemplos de los santos .... Guardarse de quebrantar las presentes Constituciones aunque 110 obliguen a pecado; sino atender con dili– gencia a su inviolable observancia, manteniendo el sublime estado de la Religión a gloria de Jesucri:;to.

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