BCCCAP00000000000000000000946
¿Qué honra se me sigue a mí en gobernar, en pre– dicar y en estudiar, si no agrada a Dios, que yo gobierne, predique o estudie? ¿Y qué hay de vileza en los empleos más bajos, si ocupándome en ellos agrado a Dios? Por más que cueste, importa agradar a nuestro Señor. ¡Me pasmo de mí mismo, cómo celebrando Misa cada dfa, y recibiendo en mi pecho a Jesucristo, no soy a esta hora un gran santo. sino que me hallo lleno de imperfecciones! De mí viene todo el mal. Jesucristo querría hacer en mí cosas grandes, pero yo no se lo permito, y El no quiere obrar en mí nada por fuerza. ¡ Oh buen Jesús! Haced, haced, que yo os resigne desde luego todo mi albedrío: ·quitad de mi corazón todo aquello que impide los deseos de vuestro amor. ¡Qué consolación morar en una casa, en la cual está Jesucristo! Está conmigo en el Santísimo Sacramento. Pero, ¿comprendo yo mi fortuna? ¿Lo visito y recurro a El en todas mis necesidades? ¿Y por qué 110 voy a El para apaciguar mis pasiones, y tomar sus consejos, en Jugar de irme a los hombres? ¿Qué padre más amoroso que este Padre? ¿Qué amigo más fiel que este Amigo? Yo deseo que me conceda él Señor la gracia, de amar siempre más la oración hasta la muerte. Este es el único medio de purificarme, de unirme a Dios. y hacer que Dios seuna conmigo, para obrar alguna cosa que pueda ser a honra y gloria suya. No os pido, Dios mío, consolaciones, o gracias extraordinarias, pues que me parece se1·ía desperdiciarlas si me. las dieseis a mí; pero os pido una oración simple, sencilla y firme, que
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz