BCCCAP00000000000000000000946

Obispos y los Prelados de la Santa Romana Iglesia, y aquellos nuestros Superiores y bienhechores, a los cuales estamos más obligados... Guardarse mucho de hablar cosas del mundo ... Acostumbrarse a hablar reli– giosamente en todo tiempo y lugar... Tener silencio en la iglesia, coro, dormitorio y en el refectorio ... No dejar las acostumbradas disciplinas del tunes, miércoles y viernes; y al disciplinarse, pensar con piadoso cora– zón, en la flagelación de Jesucristo... Acordarse de rogar por nuestros h'érmanos religiosos difuntos ... No tener especialidad de manjares en la mesa, pensando, que poco basta para satisfacer la necesidad, y ninguna cosa para contentar la sensualidad... No tomar refec• ción alguna en el convento ni fuera, sin licencia ... En los viajes esforzarse en obedecer, y espiritualmente servir al compafíero, considerándose hermanos en Jesu• cristo, y siendo necesario, corregirse ad invícem, y de no seguirse la enmienda, decir al Superior los defectos el uno del otro ... No quedarse a comer ni dormir en casa de seculares, aun de los mismos parien• tes, ni hacer negocio alguno sin licencia, y necesidad ... En llegando a nuestros conventos, la primera cosa sea visitar la iglesia, con alguna reverencia y oración, y asf al salir como al ,volver, tomar de rodillas la bendi– ción del Superior. IV.-Sobre el cuarto: no tener persona que en manera alguna reciba o tenga dinero que pueda pertenecernos, ni depósito en nuestro nombre... Amar la santa pobreza, procurando no violarla, ni hacer más estima del dinero, que de la tierra que pisamos ... Visitando algunos enfer– mos seculares, abstenerse, sobre todo, de inducirlos,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz