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X Perdonar y ser perdonado . Es un ejercicio necesario de convivencia con Dios y con los hermanos. El pecado se interfiere constantemente en nuestra vida: puede ser una inde licadeza, o una rebelión soberbia contra Dios. Pero nunca logrará el pecador, en esta vida de aquí, ahogar la voz misericordiosa que le invita a volver al Señor. Decía Santa Teresita del Ni ño Jesús: «Yo espero tanto de la justicia como de la mi– sericord ia de Dios; precisament e porque es justo, Dios es tamb ién compasivo y lleno de bondad, lento pa ra el cast igo y abundante en misericord ia.» 101