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F .--<( ut en Asís, la bella ciudad de Umbría. Los jóve– hes alegres entretenían con sus carrciones a los tranquilos habitantes y las justas. y 1ds toi:neós ·eran las dive'i-si'ohes de aqúellos siglos de andantes <::t{ba'" Heros y de bnces de honor. Sobre una de las vertientes del monte Subi:\sio se elevaba ·el castillo de Sa:sso-Rbsso. Almenas ·desgasta– das por el paso de fos años ; pú'éttas de bfünce ehhe– grecidas pcir él a'gua y él Viento de muchos inviernos; torres erguidas ccimb cehtilrelas de piedta ii1móviles ante los días felices y los cargb:d.'os de üesgracias... En los grandes salones del castiÚó, Ut'madura:s, telas preciosas, pergaminos historiados, recuerdos añejos de épocas pretéritas. Pero, sobre todo, eh el cástilló de Sasso-Rosso se habían unido la:s dos fainilias más ilustres de Asís : los Fiu'me y los Sciffi. Al castillo de 'Sassb-Rosso llegó la fama confüsa de un extraño juglar de Dios llamado Francisco. Clata, la hija del milagro, sintió deseos de conocerle,. y la ocasión no se hizo esperar. Pué en la Cuatetfün del afió 1212 y e'11 la ig·lesia