BCCCAP00000000000000000000915

148 ESTRELLAS EN EL CIELO tuación de Margarita, la entregó unas monedas de oro y la dijo: -Toma, y tengo para ti alhajas sin cuento. Todas serán tuyas si vienes conmigo. Margarita abrió los ojos soñadores y cayó en la tentación. * * * Después de la trágica escena del bosque, Margari– ta no regresó al castillo de Montepulciano, donde «per– dió el honor, la dignidad y la paz», sino a su pobre casa de Laviano. El padre la recibió avergonzado; la madrastra, in– sultándola con frases despectivas, la echó de casa. Fué el momento crucial de la vida de Margarita. De una parte el cadáver de su amante que no cesaba de echarla en cara sus pecados pasados; de otra, la incompren– sión de su madrastra, que la humillaba. En el huerto estaba la vieja higuera, junto a la cual, un día de triste recuerdo, Margarita había saboreado la trama de su huída. Junto al añoso tronco se apoyó como pudo y comenzó a llorar. En aquella soledad, abando– nada de los suyos, la pasión surgió de nuevo. -No te apenes-le decía una voz misteriosa: la tentación-. Aún eres joven y puedes gozar otra vez del amor... -Vete a Cortona; los hijos de San Francisco te dirán lo que debes hacer-replicaba otra voz: la gra– cia. del cielo. -No hagas eso-insistía la voz de la tentación-;

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz