BCCCAP00000000000000000000913
B A JO EL A NI L L O DE L PE S C A D O R 79 1 do por todas partes y preguntas ¿quién te ha tocado? ¿No· ves que nos llevan a todos en vilo? -'-Sí-replicó Jesús-, pero alguien me ha tocado adre• de,· pues he sentido salir de mí una :virtud especial. La mujer, viéndose descubierta, se acercó a Jesús llo– rando de alegría, y, postrándose ante él, le contó la ver• dad de lo sucedido. -Vete en paz-'le dijo entonces Jesús--; tn fe te ha salvado. J airo, impaciente por llegar pronto a su casa, urg10 a , Jesús, 1 pues su hija hahía quedado muy grave y tal vez no, llegaría a encontl'ada con vida. Creía en el poder de Je. sús, pero nunca pensó que podría llegar hasta arrebatar a 1a muerte su presa. En aquel momento, por entre la mul– titud apiñada, y abriéndose· paso a viva fuerza, se acerca– ron a J airo algunos de sus criados, que le dijeron : -Tu hija ha :muerto, ¿ 1 por qué :molestas ya al Maestro?· J airo no pudo contener las lágrimas. i Su trágico pre– sentimiento desgraciadamente se había cumplido! ,.. ·¡ Je. sús Uegaha tarde! Si hubiera acelerado más el paso ... Pero, ahora ya... j todo era inútil! Jesús, compadecido de las higl'imas de }airo, le dijo: ~No temas, ten fe. La gente iba despacio. Jairo no se preocupaba ya de'• llegar pronto; su dolor· era tan. intenso, qne apenas se daba· cuenta de lo qué sucedía a su alrededor. Llegaron a Cafümaún, y Jesús se dirigió directamente a casa de Jairo. En una habitación oscura, apenas ilmni– nada por la luz tenue de una lámpara de aceite, estaba envuelto en un sudario el cuerpo inerte de la niña. Lm,,.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz