BCCCAP00000000000000000000902

288 P. VIÑAYO con sus divinos ardores viénese presto a rendir. El querube la contempla con semblante· sonriente y en su mirar com1;laciente la llega de nuevo a herir. Después su dardo enarbola, el que dirige a su pecho, y viene luego derecho su corazón a llagar. Y al sacarlo, la encendía en amor de tal manera, que en la más ardiente hoguera la lograba transformar. Al sentirse traspasada por dardo tan. encendido, un suavísimo quejido de 'sus labios exhaló. Quejido de enamorada, quejido dulce y sabroso, que a su celestial Esposo de amor también le llagó. El querube al cielo vuelve... ; su arrobo deja la Santa...

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz