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P. VIÑAYO ----------------------------- Hoy, cuando triste me acerco a verlas, el alma llenan de hondo pesar, y al acordarme de su hermosura, hoy ya perdida, ¡ me hacen llorar ! ¡ Ay, pobres flores las de mi huerto, las que cantando planté y regué ! ¿ adónde fueron vuestros hechizos, vuestros matices de rosicler?... El sol ardiente secó sus pétalos ; más tarde vino fuerte huracán, y por el suelo holló furioso su despojada pompa fugaz. Por fin la lluvia, copiosa y fría, en torpe cieno las convirtió ... ¡ y vedme ahora sin bellas flores, de amarga pena cuál lloro yo ! Y. .. ¿ qué me queda de tanta gala, como tenía en mi vergel ?... ¡ Ya sólo espinas, espinas duras, que agudas hieren, encuentro en él ! Espinas crueles que me traspasan y de mis venas hacen salir raudal de sangre, con que se riegan las secas plantas de mi jardín.