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que aporta a la comunidad todo lo que es y tiene, lo cual redunda en beneficio de todos. 23 Los padres no pegan a sus hijos por grande que haya sido la travesura realizada. La sociedad occidental, en este sentido, ha perturbado la armonía educativa de los indígenas; -supera el tabú del sexo, su idolatrización y explotación: consecuencia de esa educación es que el sexo para el indígena no es un tabú y tampoco un ídolo. "El descubrimiento, evolución y vivencia del sexo entran en el ritmo normal de vida del indio, en un clima de respeto, sin las características de tabú o de ídolo que se manifiestan en nuestra sociedad". 24 Cuando alguna persona de la sociedad occidental se encuentra con un misionero que convivió con los indígenas entre las primeras preguntas que le suele hacer hoy estas: ¿esos indígenas aún están desnudos? ¿existe allí la poligamia?, etc. Estas preguntas ya de– notan una visión e ideología de fondo, reflejo de una cultura occidental. La sociedad indígena no conoce la prostitución (modo de satisfacer la sexualidad) ni el sexo como tabú (modo de reprimir). -tiempo para conversar, celebrar y descansar: la sociedad indígena tiene menos necesidades que la nuestra. Esto favorece y hace del descanso, de la fiesta, del diálogo, del arte, etc., algo muy impor– tante. "Es el lujo de no hacer nada (... ), el placer de la conversación o del arte". 25 En esto existe una diferencia abismal con relación a la cultura occidental. Todos estos rasgos y características de la cultura indígena que se han indicado no son otra cosa que vida, y, por tanto, son signos del Dios de la vida. De ahí que las culturas indígenas, que son portadoras de vida, tengan que ser valoradas, favorecidas y defendidas cuando se encuentran amenazadas. 23 Un ejemplo de esto dentro del pueblo barí se encuentra en su Proyecto educativo indígena de Bokshí, en Nuevo Mundo nº 124, (1985) 513. 24 Y-YUCA-PIRAMA, en o.e., 58. 25 E. SCHWADE, O índio.. ., en o.e., l 03. 68

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